viernes, diciembre 04, 2009

Culto al Fuego en la Antigua Persia

El culto al fuego fue grandioso en la antigua Persia. El culto al fuego es antiquísimo. Cuéntase que este culto es anterior a la dinastía de los Aqueménidas y a la época de Zoroastro. Los sacerdotes persas tenían una riquísima liturgia esotérica relacionada con el culto al fuego. Jamás los viejos sabios persas se descuidaron con el fuego. Ellos tenían la misión de mantenerlo siempre encendido. La Doctrina Secreta del Avesta dice que existen distintos fuegos: el fuego del rayo que centella en la noche terrible, el que trabaja en el interior del organismo humano produciendo calorías y dirigiendo los procesos de la digestión, el que se concentra en las plantas inocentes de la Naturaleza, el fuego que arde en el interior de las montañas y que vomitan los volcanes de la tierra, el que está delante de Ahuramazda formando su divina aureola, y el fuego de uso cotidiano que los profanos usan para cocer sus alimentos. Decían los persas que cuando el agua hirviendo se derrama, o cuando se quema a algún ser viviente, en esos casos Dios hace cesar sus benéficos efectos sobre su privilegiado pueblo.


El dificil camino

Incuestionablemente existe un lado oscuro de nosotros mismos que no conocemos o no aceptamos; debemos llevar la luz de la conciencia a ese lado tenebroso de sí mismos.
Todo el objeto de nuestros estudios Gnósticos es hacer que el conocimiento de sí mismos se tome más conciente.

Cuando se tienen muchas cosas en uno mismo que no se conocen ni se aceptan, entonces tales cosas nos complican la vida espantosamente y provocan en verdad toda suerte de situaciones que podrían ser evitadas mediante el conocimiento de sí.

Lo peor de todo esto es que proyectamos ese lado desconocido e inconsciente de sí mismos en otras personas y entonces lo vemos en ellas.

La idea del trabajo esotérico Gnóstico es la de ampliar claramente nuestra propia conciencia.
Indubitablemente en tanto no estemos bien relacionados consigo mismos, tampoco estaremos bien relacionados con los demás y el resultado serán conflictos de toda especie.

jueves, diciembre 03, 2009

El niño sol

Amadísimos hermanos Gnósticos:

Esta noche todos nosotros celebramos con inmenso júbilo la Navidad de 1966, y se hace urgente estudiar muy a fondo los misterios Crísticos.

En el amanecer del gran día cósmico, el Primer Logos, el Padre, dijo al Tercer Logos, el Espíritu Santo: "Id, fecundad a mi esposa, la. Materia caótica, la Gran Madre, para que surja la vida; empero, tu verás." Así habló el Padre, y el Tercer Logos se inclinó reverente, amanecía la aurora de la creación.

En los siete templos del caos trabajaron los Cosmocratores, el ejército de los constructores de la aurora, la hueste de los Elohim, el Tercer Logos.

Tres fuerzas son indispensables para toda creación; la fuerza positiva, la fuerza negativa y la fuerza neutra.

Ante el altar del templo un Elohim se polarizó en forma masculina, positiva, y el otro en forma femenina, negativa.

La planta baja del templo, el coro de los Elohim, representó la forma neutra.

Este orden de las tres fuerzas quedó así establecido en cada uno de los siete templos del caos primitivo. Cantaba el divino varón, cantaba la divina mujer, cantaba el coro de los Elohim.

El Arbol de Navidad

Para los seres humanos el simbolismo del arbol, tiene literalmente, raices muy profundas, en todas la culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico y místico, ya que en casi todas las culturas antiguas representa el medio de unión entre el cielo y la tierra: con sus raíces profundamente introducidas en la tierra y sus ramas llegando hasta el cielo; es por eso que en las culturas orientales el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, de la union entre el hombre y la divinidad. El árbol representa fecundidad, crecimiento, sabiduría y longevidad; por su forma y por su modalidad, es símbolo ideal de la vida, ademas por ser vertical, es un símbolo fálico; y por perder hojas y renovarlas cada año, es asociado con la muerte y la resurrección.

Por citar algunos ejemplos, en Mesoamérica la ceiba y el ahuehuete son considerados arboles sagrados, en el norte de Europa, entre los druidas, se tenían reuniones alrededor de ciertos arboles tales como fresnos o alisios, en la profundidad de los densos bosques para lograr un acercamiento profundo con lo divino.

Clave para el conocimiento directo

Es necesario que nuestros discípulos Gnósticos aprendan a salir del cuerpo físico en sus vehículos interiores a plena conciencia para penetrar en las distintas regiones Sephiróticas.

Es necesario conocer directamente las doce esferas de vibración universal donde se desenvuelven y viven todos los seres del Universo. Concéntrese el discípulo en el Chacra del Corazón donde mora la Divina Madre Cósmica, suplique el discípulo a Sephira la madre de los Sephirotes, rogándole que lo saque del cuerpo y lo lleve a los distintos departamentos del reino para estudiar directamente los Sephirotes de la Cábala. Ore mucho el discípulo y medite en la Divina Madre y vocalice mentalmente los siguientes Mantrams Cabalísticos:

“LIFAROS – LIFAROS – LICANTO – LIGORIA”.

Vocalice estos Mantrams silabeando. Si observáis cuidadosamente la fonética inteligente de estos mantrams, resaltan las tres vocales I.A.O. de los grandes misterios.