lunes, septiembre 06, 2010

Las Cuatro Bienaventuranzas de la Experiencia Onirica

En el capítulo anterior mucho dijimos sobre el elemento iniciador del sueño, y es obvio que sólo nos resta ahora aprender a usarlo.

Cuando el gnóstico ha llevado un récord sobre sus sueños, incuestionablemente descubre al sueño que siempre se repite; éste, entre otros, es ciertamente un motivo más que suficiente para anotar en el cuaderno o libreta a todos los sueños.

Indubitablemente, la experiencia onírica siempre repetida es el elemento iniciador que, inteligentemente utilizado, nos conduce al despertar de la conciencia.

Cada vez que el místico acostado en su cama se adormece intencionalmente, meditando en el elemento iniciador, el resultado jamás se hace esperar demasiado.

Por lo común, el anacoreta revive tal sueño conscientemente, pudiéndose separar de la escena a voluntad para viajar por los mundos suprasensibles.

Cualquier otro sueño puede también ser usado con tal propósito cuando realmente conocemos la técnica.

Quien despierta de un sueño puede proseguir con el mismo intencionalmente si éste es su deseo. En este caso, debe dormirse nuevamente reviviendo su experiencia onírica con la imaginación.

No se trata de imaginar que nos estamos imaginando, lo fundamental consiste en revivir el sueño con todo su crudo realismo anterior.

Practica del Retorno

Cuando el aspirante ha realizado con pleno éxito todos los ejercicios gnósticos relacionados con el esoterismo de sueño, es ostensible que entonces se encuentra íntimamente preparado para la práctica del retorno.

En el capítulo anterior algo dijimos sobre el elemento iniciador que surge como por encanto de entre las cambiantes y amorfas expresiones de sus sueños.

Ciertas personas muy psíquicas, refinadas e impresionables, han poseído siempre en sí mismas al elemento iniciador.

Tales personas se caracterizan por la repetición continua de un mismo sueño; esos psíquicos reviven periódicamente tal o cual escena o ven en sus experiencias oníricas, en forma constante, a ésta o aquella criatura o símbolo.

Cada vez que el elemento iniciador -sea este último símbolo, sonido, color o persona, etc.- es recordado al despertar del sueño normal, el aspirante, con los ojos aún cerrados, continúa visualizando la imagen clave familiar y luego, intencionalmente, tratará de dormirse nuevamente prosiguiendo con el mismo sueño.

Disciplina de la Yoga del Sueño

Aquellos aspirantes que sinceramente anhelen la experiencia mística directa, incuestionablemente deben comenzar con la disciplina del Yoga del sueño.

Es ostensible que el gnóstico debe ser exigente consigo mismo y aprender a crear condiciones favorables para el recuerdo y comprensión de todas esas experiencias íntimas que siempre ocurren durante el sueño.

Antes de acostarnos para el descanso de los afanes y fatigas del diario vivir, conviene poner la debida atención al estado en que nos encontramos.

Los devotos, que debido a las circunstancias llevan vida sedentaria, nada pierden y mucho ganan su antes de acostarse realizan un paseo corto a paso vivo y al aire fresco; tal paseo aflojará sus músculos.

Sin embargo, conviene aclarar que jamás debemos abusar de los ejercicios físicos; necesitamos vivir armoniosamente.

La cena, merienda o comida final del día, debe ser ligera, libre de manjares pesados o estimulantes, evitando cuidadosamente el ingerir elementos que puedan desvelarnos, quitarnos el sueño.

La forma más elevada de pensar es no pensar. Cuando la mente está quieta y en silencio, libre de los afanes del día y de las ansiedades mundanas, se encuentra entonces en un estado ciento por ciento favorable para la práctica del Yoga del sueño.

Los Elementales

Nuestra Divina Madre Tonantzín es la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes ascendiendo victoriosa por el canal medular espinal del organismo humano.

Coatlicue es la serpiente del abismo, Kali, Hécate, la Proserpina infernal, la diosa de la Tierra.

Cihuacoatl es otro nombre terrible de la diosa de la Tierra y la Patrona bendita de las famosas Cihuateteo que de noche gritan y braman espantosamente en el aire.

En tiempos más recientes Cihuacoatl se transformó en la "llorona" de nuestras leyendas populares, que carga una cuna misteriosa o el cadáver de una criatura inocente y que lanza en las noches amargos lamentos en las solariegas calles de la ciudad.

En tiempos antiguos decían que había llegado por el delito de haber dejado abandonada, en el mercado público a la cuna dentro de la cual estaba el cuchillo de sacrificio.

Incuestionablemente, los gnomos o pigmeos que moran entre las entrañas de la Tierra, tiemblan ante Coatlicue.

El genio particular de estos gnomos es Gob, un deiduso muy especial conocido en alta magia.

Se nos ha dicho que el reino específico de los gnomos está al Norte de la Tierra. Se les manda con la espada.

El Angel de la Guarda

Iniciaremos el último capítulo del presente libro con la siguiente frase: El primer educador de todo gran iniciado se convierte, de hecho y por derecho en la causa fundamental de todas las partes espiritualizadas de su genuina presencia común.

Cualquier Gurú agradecido se prosterna humildemente ante el primer creador de su Ser genuino.

Cuando después de muchos trabajos conscientes y padecimientos voluntarios se revela, ante nuestros ojos llenos de lágrimas, la absoluta perfección lograda en el funcionamiento de todas las partes espiritualizadas, aisladas, de nuestra presencia común, el impulso del Ser, de gratitud hacia el primer educador, surge en nosotros.

Incuestionablemente, le perfección absoluta de todas y cada una de las partes aisladas del Ser sólo es posible muriendo en nosotros mismos aquí y ahora.

Existen diversos estados de autorrealización íntima. Algunos iniciados han conseguido la perfección de ciertas partes aisladas del Ser, empero, todavía tienen que trabajar mucho hasta lograr la absoluta perfección de todas las partes.

En modo alguno sería posible diseñar al Ser, parece un ejército de inocentes niños... Cada uno de ellos ejerce determinadas funciones. Lograr la integración total es el mayor anhelo de todo iniciado.

Cuando se logra la autorrealización íntima de la parte más elevada del Ser se recibe, por tal motivo, el grado ISMECH.