lunes, mayo 05, 2008

La Casa Cosmica

Introducción

Por mucho tiempo hemos pisado y denigrado la oculta sabiduría de nuestros antepasados, presente en toda la naturaleza circundante en nuestras regiones autoctonas. Alli donde hemos nacido y crecido se nos ha enseñado a mirar hacia otros horizontes buscando saciar una sed de conocimientos a la que le hemos negado el agua de nuestros arroyos y la calidez del sol que nos baña dia a dia. Buscando sabiduria la hemos rechazado, porque no entendimos que la sabiduria se alimenta de sencillez, de humildad, de silencio, porque en el silencio se escucha lo que muchas veces las palabras no pueden expresar.
Acercarnos a ese tesoro natural, espontaneo y sencillo, que nos brinda el estudio sin prejuicios de nuestras culturas, en lo que aun se puede rescatar, es como emular al hijo prodigo que se acerca de nuevo a la fuente de donde partio. En cada región vibra una “magia” particular, muy acorde con la tónica de los que la habitan, vibrar con ella es llenar un vacio en nuestra existencia y al hacerlo colaboramos en la busqueda de nuestra propia identidad.

Regionalismos o Nacionalismos

Más aclaramos: las fronteras son un invento absurdo, las regiones son dadas de manera natural y en ellas se agrupan diferentes seres que comparten ese espacio, sin exaltaciones de orgullo local, de clan, de estado, y mil etceteras que nos separan. Pues estamos hablando de un ser humano que entiende que es parte de la creación que interactua en reciprocidad constante con otros seres no por ello menos valiosos: las plantas, los animales, el agua,las piedras, o como diria nuestro hermano Francisco de Asis: “hermano sol, hermana luna”.

Hablando de regionalismos, queremos explicar con un ejemplo: los estudios de cantos de aves y otros sonidos en zonas remotas de los EEUU. Han mostrado que lugares separados 100m son acústicamente diferentes. En Gran Bretaña, un fabricante de instrumentos musicales, llevó un arpa “eólica” (arpa que suena exclusivamente por el aire que asciende y desciende) a diversos lugares y halló que cada uno de ellos producía una melodía especial que no podía atribuirse simplemente a la fuerza del viento. En Australia, los aborígenes hacen largos viajes por territorio desconocido guiados por “canciones” en correspondencia exacta con el terreno. Estas canciones no son imágenes de palabras, sino ecos de la antigua “edad de los sueños” que reflejan de alguna manera la calidad acústica distintiva de un lugar. La herencia de una empatía innata con plantas y paisajes, no puede ser exclusiva de un pueblo o cultura...

Debemos construir y cultivar según enfoques perdurables, procedentes del clima, los materiales y la cultura distintivos de cada región. Debemos tratar de hacer cada lugar diferente, y redescubrir nuestras raíces. Y si las raíces originarias se han marchitado en el olvido, debemos desarrollar otras nuevas. Esta es la base del regionalismo: lograr una conexión vital con un lugar particular, empleando sus riquezas con respeto y de forma perdurable, y complementando su unicidad natural.

“Muchos estudiantes espiritualistas desearian progresar internamente pero no pueden porque no han encontrado el camino que les pertenece, su rayo y tónica propios, que esten de acuerdo con su sangre y psiquís”. Samael Aun Weor.

Dos Tipos de Sabiduria:

A nosotros se nos ha enseñado que la enseñanza adquirida mediante los sistemas escolasticos, es la mas importante, mediante repeticiones constantes, vamos dejando entrar en nuestro intelecto una serie de datos que al paso del tiempo y de tanto repetir damos por ciertos. Además provienen de una cultura occidental que siempre ha presumido de ser la mas sabia, curiosamente muchos de ellos riñen con los propios principios religiosos que a la vez se nos han inculcado, por lo que ha veces ciencia y religión no son del todo compatibles, lo cual ciertamente crea conflictos y hasta traumas en nuestra relación consigo mismo y con los demás, entiendase por esto todo lo que nos rodea.

Pero nosotros aspiramos a algo mas y hemos encontrado gracias a la Gnosis, que los sistemas religiosos pueden y de hecho deben ser compatibles con los aspectos cientificos y estos a su vez y entre si con el arte y con la filosofia, de todos aquellos que eternamente buscan conocerse a si mismos.

La misma Gnosis nos presenta la sabiduría como una fuente “perenne y universal”, de la que todos podemos beber, estemos donde estemos. Para ello es cierto se nos exige un esfuerzo, pues con tanta carga encima el peso de nuestras ideas es muy grande: cambiar la manera de pensar y ser mas abiertos y receptivos a lo que tenemos es ese esfuerzo. Recompensado a creces por la fascinante enseñanza que encontramos a cambio.

Tenemos entonces un sistema de aprender enciclopédico y otro que mediante la meditación y el psicoanálisis, es capaz de extraer de cada piedra, nicho o pirámide los principios psicológicos contenidos en ellos. Con este último podemos llegar a la sabiduría innata, la que es parte de nuestra esencia, la que no se pierde de existencia en existencia. La que “cultivan”, los pueblos que aman a su MADRE, y que viven en armonía con ella.

En estas tierras, (que comparten dos fronteras culturales: la de tradición mesoamericana y la de tradición sudamericana, sabana y selva como limites) se ha mantenido también de una u otra forma y por un grupo de pueblos que se han negado a morir, a pesar de las transculturizaciones impuestas grandes enseñanzas afines con otras culturas en el mundo entero. Lo que nos da fe de que existe una unidad psíquica de la humanidad, presente a través de símbolos y cantos, de estatuas y danzas, de grandes construcciones o de otros vestigios y no por ello uno es mas que el otro, simplemente expresaron con los medios que tenían y en su época de oro, la sabiduría que recibieron a través de antiguas tradiciones. El sol, la lluvia, la luna, el agua, el viento, la tierra, los animales, la oscuridad, la montaña, la muerte, la vida, la enfermedad, la creación, están siempre presentes no importa donde estemos.

Y uno de estos ejemplos es precisamente la casa. La casa es una constante en todas las culturas y ciertamente cada una tiene su principio constructivo diferente siempre es un arquetipo de algo, pues si bien es cierto ahora consideramos la casa mas como un bien material, para otros ese no es su verdadero valor sino la relación que le permite adquirir a través de ella.

La Casa Cosmica

“Cuando Sibú nos creó al principio nos trajo de semillas de maíz en una canasta, envuelta con hojas y por eso debemos nosotros vivir en casas de hojas, pero ahora queremos imitar a los castellanos, ya perdimos nuestro modo de vivir originalmente...” Gregorio Soto Martínez, awá de Talamanca.

El principio de la vivienda indígena esta dado en un profundo respeto a las indicaciones dadas por la divinidad sobre como deben de vivir, de esa obediencia y respeto, se deriva también la obediencia y respeto a la naturaleza. Eso implica una notable adaptación al medio circundante con soluciones apropiadas para sus viviendas y además una mayor posibilidad de vivir en una construcción que les permita recibir las fuerzas cósmicas y las fuerzas de la tierra de esa región en particular. Cumple también con una antigua sentencia china ”busca un lugar adecuado para tu vivienda y no ofendas a la naturaleza con tu creación”

Veamos por ejemplo con respecto a la elección del lugar físico donde se asentara la futura vivienda:
Terreno plano y estable. Generalmente en las cimas de los montes. Dominio visual estratégico. Cercanía de fuentes de agua. Protección contra los vientos. Que no existan arboles viejos que puedan caer. Accesibilidad de los materiales.

A esto agreguémosle orientación de la puerta hacia el este.

Su origen se remonta a épocas remotas. Sus características se habían mantenido por siglos, hasta la época de contacto. Según la historia oral y referencias escritas, su tipología era abundante aún en las primeras décadas del siglo XX. Poco a poco, la manera de tratar la naturaleza, tuvo un acelerado cambio, impulsado sobre todo por las transnacionales en Talamanca, los bosques primarios fueron rápidamente disminuyendo y con ello escasearon los materiales para la construcción y, por ende, la forzosa transformación de las viviendas.

Los amerindios construían sus viviendas aprovechando los materiales que el bosque les brindaba. En sus patrones formales y constructivos las casas tradicionales necesitaban de una mayor cantidad de materiales y hojas de palma, por lo que un resultado de la deforestación y los desplazamientos forzosos es el aumento de la dificultad de encontrar los materiales idóneos. Aunque la mayor dificultad con el paso del tiempo es la cultural: si ha habido un cambio de valores, la casa tradicional no tiene ya el mismo sentido simbólico que antes y por tanto su construcción no es prioritaria. El sentido utilitario desplaza al místico.

Quien Construye?

La sociedad indígena Bribri o Cabecar, donde principalmente se encuentra este tipo de casa, debe su organización y jerarquías a Sibú y le ha dado continuidad a los símbolos, entre ellos esta incluida la vivienda. Estas se transmiten por medio de la tradición oral y tiene dos niveles: El Esoterico: que involucra al Chaman, quien a través de un largo periodo de estudio y practicas iniciaticas se ha hecho automerecedor de dichos conocimientos. Es una autoridad por su preparación no por herencia física. El Exoterico: son los conocimientos mas generales y sencillos que maneja el resto de la población. Por lo que los rituales de construcción y los conocimientos más profundos son patrimonio de los chamanes quienes los poseen y suministran al resto de la población. La construcción de la casa, al ser un símil de la construcción o creación del mundo por el Buen Sibú, debe ser por tanto dirigida por el especialista, pues es un rito, es una enseñanza, es una cátedra de sus principios religiosos y un recordatorio de que lo microcósmico y lo macrocosmico están íntimamente relacionados.

La Importancia del Simbolo

Debemos de entender que así como los antiguos alquimistas y otros grupos de los que hemos aprendido algo, manejaban siempre un doble lenguaje con componentes altamente simbólicos, así los grupos indígenas manejan un doble lenguaje simbólico en su vida diaria como una manera de lograr una representación mas cabal del universo que nos rodea, pues el símbolo es inalterable con el tiempo y conserva siempre su esencia. Nuestro error esta por lo general en querer darle un valor literal al lenguaje simbólico, que como tal debe ir siendo dirigido a la conciencia y por medio del psicoanálisis debe ser comprendido, así se convierte en parte de nuestras vidas y de acuerdo a ello también actuamos de manera natural. El símbolo es un todo que no se puede ni debe descomponer, intentar fraccionarlo para entenderlo por partes es muchas veces castrar la enseñanza contenida, por lo que tratemos de tener cuidado al estudiar nuestro tema para no caer en un simple recuento de datos y temas que por si solos no son lo importante. De hecho lo importante es siempre rescatar una forma de vida que busca vivir de acuerdo a sus creencias.

Tan importante es todo esto que para los talamanqueños y no solo ellos para otras culturas, que nombrar algo es de hecho evocarlo, atraerlo. Lo cual nos enseña el valor de las palabras y el cuidado que debemos dar a nuestro verbo. Estamos en un terreno donde las dificultades de pensamiento y lenguaje son serias. Luchamos con conceptos de espacio y tiempo que no coinciden con nuestra experiencia cotidiana y por ello hemos ciado en el error de juzgar y menospreciar lo que no entendemos por nuestra falta de sensibilidad. Se nos ha enseñado a pensar con la mente dentro de una lógica racionalista occidental y por separado a sentir con el corazón, que interesante será que empecemos a sentir con la mente y a pensar con el corazón, dando tanto valor a uno como al otro.

Alguien dijo: “los símbolos de la mitología no se fabrican, no pueden pedirse, inventarse ni suprimirse de un modo permanente, son producciones espontáneas de la psique y cada símbolo lleva intacta, dentro de sí, la potencia germen de su fuente” por lo que un mito contiene mucha mas realidad que la historia misma, la que es una narración de hechos temporales y transitorios y el mito refleja principios eternos y universales.

La Simbolizacion del Universo toma forma en el U-Sure

Esta casa cósmica es también y guardando coherencia un templo cósmico, una escuela y un centro de educación cultural en el que confluyen múltiples aspectos. Recordamos a Cuautemoc que ante la caída de la Gran Tenochtitlan pidió a su pueblo que sus hogares fueran su templo, su casa de estudios, sus casas de canto, sus casa de jóvenes, en fin que preservaran en sus hogares todo su legado, toda su tradición, hasta que saliera el nuevo sol. Para los bribris y cabecares, cada uno de los símbolos no se encuentra descolgado o aislado del resto. Todo tiene su lugar en el “entramado” explicativo y totalizante del cosmos. La vivienda tradicional cónica y aún las que tienen un cierto nivel de transculturización, son metáforas vivientes del cosmos. Representan materialmente los discursos míticos.

Su forma tridimensional se presenta evolucionada e integrada a través del triángulo representativo de la estabilidad de la “bóveda celeste”, de los supramundos y sus homólogos en el inframundo con sus dimensiones, macro y micro. Respecto a la oscuridad de estas casas: tiene un gran significado simbólico para los bribris y cabecares. Las principales actividades del awá son realizadas de noche. Dimensiones: Responden al número de sus ocupantes.

Algunos aspectos del Proceso de Construcción

Este conocimiento ya no es del dominio de los jóvenes y tiende a desaparecer con la gente mayor. El trabajo es colectivo. La corta de los materiales se realiza en cuarto menguante para que no se piquen. Con dos estacas y un bejuco se traza un circulo en el terrreno, donde se colocaran los ocho postes o columnas que sostendrán toda la estructura del rancho. El centro se marca con una estaca. La ubicación de los postes: El primero se ubica hacia el naciente del sol. El segundo en el extremo opuesto hacia el poniente. Se colocan luego los que dan hacia el norte y el sur. Con lo cual el circulo queda marcado por una cruz de estacas y su punto central.

Seguidamente, marcando la distancia media entre las estacas colocadas, se ubican los otros cuatro lugares; las distancias se verifican con la ayuda de bejucos. Después de estas primeras labores y todas con pautas predeterminadas ritualisticas, se van agregando las diferentes partes que componen la casa. No se usan clavos, todo se sujeta con bejucos y siempre bajo la dirección de un especialista. La construcción de un rancho cuenta también con un esquema de ayuda comunitaria que supone un compromiso de reciprocidad.

Apropiacion y Curación de la Casa

La construcción de una vivienda indígena, en la tradición más ancestral, continúa siendo motivo de rituales, para la apropiación del espacio construido. Se trata de crear un espacio cultural en medio de la selva, utilizando los recursos que ella provee y cuyas características son similares a los humanos. Por lo tanto, no se pueden tomar de cualquier manera: Requieren un trato respetuoso e igualitario. Todo proceso de construcción se acompaña de expresiones rituales para curar la casa y protegerla de ataques y males futuros. La vivienda o “canasta” tradicional, tiene un simbolismo uterino y protector. Sin embargo según la tradición, si no se bendice y cura puede volverse contra sus moradores, rechazarlos.

Se debe partir del principio de que todos los seres de la naturaleza poseen vida propia y tienen “dueños”. La inauguración de la casa de Sibú se realiza cuando el sol se eleva por primera vez. Al morirse la naturaleza vivió. Una vez que fue muerta la niña tierra, entonces la gente, las plantas y los animales crecieron sobre ella. Esta dialéctica también se observa en la manera como los mitos reflejan los conflictos de la organización social. (Bozzoli).

Para que la tierra se forme y fecunde, el “Estreno de la Casa Cosmica” trae consigo una muerte (la niña tierra); así como luego la muerte de la semilla dentro de ella, permite que la “planta humana” (origen de los Talamancas) germine y viva, de la misma forma como sucede en los campos. “Gracias al ritual, el pasado desunido del mito se “articula”, por una parte con la periodicidad biológica y de las estaciones, y por otra parte, con el pasado unido que liga a lo largo de las generaciones, a los muertos y a los vivos- ... los ritos históricos o conmemorativos recrean la atmósfera sagrada y benéfica de los tiempos míticos...transportan el pasado al presente”.

Es así como el sacrificio mítico de una niña que simbólicamente representa también la primera menstruación, implica la primera posibilidad de reproducción y vida humana. Su sangre y su carne amasada por los danzantes se expande sobre toda la roca que hasta el momento formaba el piso árido de la casa creada por Sibú. Es con ella que se forma la tierra, sobre la cual será sembrada la “semilla de parejas humanas” que es el maíz; la “madre tierra” que permite abrir su vientre mediante el espeque para que al recibir la semilla pueda germinar.

Si la casa está plenamente abarcada por la tierra, por la femineidad de su carne y su sangre y por lo tanto de su fecundidad, lo estará también el campo. El vientre como la tierra, acoge la simiente del macho, la deja penetrar en forma inversa a las fuerzas centrifugas del círculo que conforma; éstas deben ser capaces de reproducir y distribuir entre los que ayudaron a sembrar los productos extraídos de la gran “madre tierra”: chicha, chocolate, yuca, plátano, cerdo, gallina, etc. La mezquindad, el egoísmo de no compartir lo que se tiene con quien lo necesita, es motivo de castigo sobrenatural en la muerte y de padecimientos durante el trayecto de las almas hacia el “mundo de las esencias”. Es impensable no compartir el agua, el fuego, el chile, la sal; no se deben siquiera pedir, se toman. El mayor prestigio social está dado entonces por la capacidad de compartir parte de sus haberes...

En la práctica, el maltrato y la mezquindad con los animales y las plantas, tendrá las mismas consecuencias que la aplicada a los humanos...dejar un animal herido, hará que los espíritus protectores de los animales lleven la cuenta de los maltratos y esperen en las capas o secciones de la casa cósmica para ser retribuidos. La reciprocidad será siempre con los humanos o con la naturaleza. Las relaciones de intercambio y ayuda mutua al interior del grupo y con la naturaleza, han posibilitado la permanencia física y cultural del indio.

El indígena Bribri de antaño, consideraba la esencia original de las plantas y de los animales como de la misma sustancia primordial de los seres humanos... el indio trató la selva a la manera de una sociedad vecina, con tanto derecho de existir como la suya propia; la selva es vista como un lugar donde se tienen parientes, amigos, enemigos temporales y permanentes, donde la gente puede encontrar ayuda, indiferencia o bien hostilidad, según el cuidado que se haya tenido para tratar con ella... como los indios tratan con la selva de la misma manera que ellos tratan con una sociedad humana, le aplican su propio sistema de reciprocidad. Se debe aclarar que las relaciones sociales reciprocas no necesariamente significan relaciones armoniosas; lo que si significa es que son relaciones muy cuidadosas, muy calculadas.(Bozzoli)

Significado de los Espacios

Espacios Femeninos y Masculinos
La casa espacio que pertenece a la mujer es un acogedor y tibio cono, muy oscuro, un “utero materno”. Se opone al mundo externo y luminoso en donde el abra circundante de la casa deja penetrar el sol, elemento netamente masculino. En la casa se opone lo masculino y lo femenino, como en el habitat circundante lo oscuro y lo claro, y en el universo lo que se encuentra arriba,-bajo la influencia de Sibú (masculino)- opuesto a lo oscuro y subterráneo – dominio de Surá (femenino). El fuego en el centro de la casa se constituye en el sustituto interno del sol. La división sexual del trabajo se fundamenta en el mismo principio de separación, oposición y complementareidad que se plasman en los espacios habitables.

Espacios Transicionales
“La casita del Sukia” es un cobertizo provisional a una vertiente que se hace con hoja de platano, a cierta distancia de las casas. Es el espacio limítrofe entre la cultura (vivienda) y la naturaleza (selva), donde el awá efectúa el rito y terapéutica de curación. La muerte esta ligada al nacimiento en un sentido de reencarnación del wikor (principio esencial) por lo tanto la parte oscura de la casa puede ser a la vez y sin contradicción, el lugar de la muerte y de la procreación. El lugar en donde el wíkór reencarna en el nuevo ser en formación, a manos de Surá, cuyo hábitat son las regiones subterráneas.

Arquetipos Simbolicos
La idea del centro del mundo como un centro generador por excelencia de protección, se materializa en general a través de la figura dinámica del circulo. Esta figura al tomar cuerpo hacia arriba o hacia abajo integra los distintos niveles cósmicos: ya sea inframundos o supramundos, representados en diferentes esferas que se van alternando. Esto lo vemos en diferentes partes del mundo. El primer nivel que es de atributos masculinos y el tercero femenino, se unen y dan sus frutos en el segundo, dimensión humana tanto para vivos como para muertos. Este esquema no es estático, pues los ciclos vitales convierten lo masculino en femenino y viceversa, así como el dia da paso a la luz, etc. El circulo es una constante en todo el mundo y en nuestra región lo observamos no solo en las casas cónicas sino también en las grandes piedras circulares. Por ejemplo. El eje central en las distintas culturas representa el árbol, la lanza, el bastón, el pilar cósmico, del cual se parte para la construcción. Aunque después se haya quitado su presencia es virtual. Es el centro del cielo y del mundo. Recordemos además que el árbol plantado en medio del universo, con su verticalidad y tres niveles presentes en la raíz, el tronco y el follaje se relaciona con los mundos celeste, aéreo y subterráneo.

La cubierta representa la bóveda celeste. Esa cubierta es también un triángulo, ese interior de la casa es un símbolo femenino: la matriz. Por eso el interior es oscuro, es femenino y recibe la luz del sol (masculino) que penetra por una abertura hacia el este, como en los antiguos templos de todo el mundo. Los valores arquetípicos como estos ejemplos son constantes universales: como el sol o la luna, representados de manera peculiar por cada pueblo, encierran psíquicamente el mismo mensaje, solamente adaptado al medio que nos rodea. Por eso la casa encierra dentro de sí como catedral, como templo que es la historia de la creación del mundo, es su libro, son sus leyes, es su recordatorio, es su oración en medio de la selva y es por tanto su protección, pues cuando nos alejamos de nuestros padres celestes caemos en desgracia.

Epilogo
Para la cultura a la que estamos acostumbrados, donde los valores son medidos en proporción a aspectos materiales, una casa grande o pequeña tiene valor en función de los materiales, la ubicación y su estado físico en general. Su valor simbólico esta bastante limitado al status y a la idea de una familia reunida bajo un techo. En cierta forma gira en relación al orgullo de sus ocupantes, en sus diferentes niveles individuales.

Pero, que pasa en una sociedad donde lo que menos importa es la presunción individual y mucho menos ponerle un precio a una madre como es la tierra?. Donde el valor simbólico es primordial, pues a través del símbolo se quiere expresar de una manera tangible una realidad que nos es visible pero si claramente perceptible para quien vive de acuerdo a sus creencias y en una relación estrecha con las fuerzas de la naturaleza a las que se les respeta.

Cuando a las culturas autóctonas se les menciona una casa, acuden a su recuerdo innato la magia de una naturaleza siempre presente, con la cual conviven y de la cual se nutren, física y espiritualmente: ambos, no desligados, pues no se concibe lo físico sin su contraparte. Un árbol no es solo un árbol, un animal no es solo un animal, una roca no es solo una roca. Detrás de ellos en una región no tangible pero no por eso menos real se encuentra la esencia de cada uno de ellos y de todo, incluido el hombre, que ni más ni menos es parte, una parte de la creación. Y cada vez que se ve algo o se menciona algo se evoca también su contraparte. De ahí la importancia del verbo, de ahí el respeto a lo que ha sido creado. Saben que viven en una casa, creada por el Buen Sibú, una gran casa donde habitan todos, las plantas y los animales, los hombres y el viento, los que hacen el bien y los que se dedican al mal, donde hay alimento, donde hay comida, donde hay refugio, donde todos como una sola voz cantan una canción y forman una gran familia y entienden que lo que uno haga afecta al otro, por lo que cada uno de nuestros actos merece ser llevado con responsabilidad.

Así pues cuando construyen su casa, la microcósmica, donde habitara su familia, la inmediata, la más cercana, evocan, valorizan su relación con la gran casa la de todos la que creo Sibu y por eso mas que una construcción se lleva a cabo un rito y el que lleva a cabo un rito no es un neófito, es quien entiende ese aspecto esoterico de la creación, el que no se ve, el real, pues la gran realidad abarca mas allá de los sentidos y para eso se prepara, se convierte en chaman, en guía, el que imita lo que su Dios hizo y aspira ser digno de su gracia, siendo coherente con lo que cree, pues actúa de acuerdo a sus creencias, piensa y habla respetandolas y amándolas, y materializa su devoción simbólicamente en la casa, la casa de todos pues no es solo de el, pues sabe en su entendimiento innato que no hay mayor herejía que la de la separatividad.

Porque, como es posible que existan seres que se crean parte diferente de la creación? Como es posible que alguien no ame a su Madre? Como es posible que alguien no ame a su Dios, el que esta afuera, el que esta adentro...

“Ahora nos toca volver a la sublime mística cósmica de la bendita madre del mundo” Samael Aun Weor

Manuel Melendez

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