miércoles, marzo 02, 2011

El Monumento Ecuatorial

EL MONUMENTO ECUATORIAL

Se halla en el punto "Cero" de la latitud máxima de la superficie de la Tierra, ya 78°-27'-8" del Meridiano de Greenwich. A 15 Km al norte de Quito, capital de la República del Ecuador y su medio ambiente geográfico es muy interesante. 

CAMINO DEL SOL

Los conocimientos astronómicos de los adoradores del Sol, allá por el año de 1250, antes de la conquista de los Incas, eran casi tan altos como los de los aztecas de la época, o de los egipcios de la antigüedad. Ellos sabían del movimiento del Sol, que en su lenguaje se llamaba "Inty", y de la luna, "Mama Quilla". Conocían los puntos cardinales y su orientación: Chincha, Norte; Colla, Sur; Anti, Oriente; y Cunti, Occidente.

Para determinar los equinoccios en forma exacta, tenían un sistema muy simple y por lo mismo admirable para su tiempo. Sencillamente usaban un cilindro sin techo, hecho de piedra, de más o menos 18 metros de circunferencia y ocho metros da altura, con una puerta de entrada. Este cilindro constituía un observatorio astronómico y un lugar exclusivamente para la adoración al Sol.

Cuando el Sol se encontraba próximo al cenit, los sacerdotes encargados de la "observación ritual", entraban por una puerta al cilindro; otros, quedaban en el exterior; y en el momento en que el Sol alumbraba totalmente el fondo del cilindro y no proyectaba ninguna sombra afuera ni adentro, era la hora "Cero", o sea el paso del Sol del Hemisferio Norte, el 21 de marzo; y viceversa, el 23 de septiembre.  

Los Hijos del Sol a la Línea Ecuatorial la denominaban “Inty-Ñan", que quiere decir el "Camino del Sol", significado muy real, por cuanto las 24 horas del 21 de marzo y del 23 de septiembre, el Sol recorre la Línea Ecuatorial, alrededor de la Tierra. He aquí su significación: Inty: Sol; Ñan: Camino.

Los días de las fiestas equinocciales que por tradición se observan, coinciden perfectamente con las fechas astronómicas del 21 de marzo y del 23 de septiembre, lo que prueba que los "Devotos del Sor” estaban en la verdad, señalando este lugar astronómico llamado "Inty-Ñan", como centro del Mundo y templo de su Dios Sol.

LOS AMANTES DEL SOL


Según la tradición, los “Amantes del Sol" de Lulumbamba, Huatos, Rumicucho, Caspigasí, Calacalí, Carapungo, Cayambe y otros lugares próximos a la Línea Ecuatorial, celebraban las fiestas de equinoccio desde tiempos inmemoriales, antes de la conquista de los Incas, y con más fervor en época del dominio incásico en que los Quitus tomaban la iniciativa, porque su dios común era el Sol, “Inty".

A pesar del dominio de los españoles, las fiestas del equinoccio en honor al Sol se seguían celebrando. En ellas estaban presentes los Jefes o Caciques; los Curacas o Sacerdotes para los ritos sagrados; las Vírgenes y ñustas del Sol Los danzantes, con sus típicos vestidos de oro y plata, ejecutaban la danza ritual; sin que faltara la chicha, bebida sagrada hecha de maíz germinado. El 21 de marzo de cada año, preparaban una fiesta alegre de acción de gracias por haber cosechado los primeros frutos físicos y espirituales: era la fiesta del "Inti-Laimi" o "Pascua del Sol".

La fiesta se iniciaba cuando el Curaca o Sacerdote anunciaba el paso del Sol, a las doce del día; saliendo ceremoniosamente de su observatorio astronómico, a los miembros del ejército y al pueblo, quienes se desataban en grandes bailes y gritos de alegría: ¡Jaguay! ¡Jaguay!

Según versión del Padre Juan de Velasco, en su obra, "Historia del Reino de Quito", antes de la fiesta del equinoccio, ayunaban tres días. Permanecía apagado el fuego en todas las casas y no podían comer sino frutas y hierbas.

La fiesta era solemne y comprendía tres partes:

1. El mushuc-nina, esto es la renovación anual del fuego sagrado, proveniente del Dios Sol. Lo sacaba personalmente el Inca con un espejo ustorio(*) de metal precioso, llamado "Inca-Rispo". Tomando con él los primeros rayos del Sol en el día del equinoccio, entregaba el fuego a la tribu para que con él cocieran sus alimentos.

2. Prendido el fuego, se iniciaba la fiesta; esto es los sacrificios al Sol, Con víctimas humanas, y cuyes a los que le sacaban el Corazón y lo ponían en fuentes de oro, previo ofrecimiento de perfumes y ramos de flores llamados "Paucar-Huatay". Paucar, significa hermosas flores; Huatay, atadura, o sea hermosos ramilletes de flores brotadas en esos días, colocados en vasos de oro y plata. Concluidos los sacrificios, el Inca distribuía los alimentos y la chicha, bebida de valor litúrgico; primero, entre los grandes señores; luego repartía el fuego nuevo en todas las casas.

(*) Ustorio. Espejo ustorio, espejo cóncavo que sirve para concentrar el calor del Sol en un punto.

3. Iniciada la fiesta con los principales de la corte, se extendían hacia los miembros del ejército y al pueblo. Bailaban incansablemente al son de las flautas, pingullos, rondadores y grandes tambores de cuero de llama o de venado.

Las fiestas del 23 de septiembre eran severas, suplicantes y rogativas, a fin de obtener las bendiciones de su Dios Sol, para iniciar sus labores físicas y espirituales. Eran una serie de manifestaciones expresivas de súplica en que ponían en juego los efectos del amuleto y de la magia o teurgia: enterraban cuyes y sus corazones ofrecían en fuentes de precioso metal a su Dios Sol; guardaban en cofres de barro, los trapos usados por el labrador y pequeñas porciones de tierra tomadas del terreno a sembrar, hasta la cosecha.

Comenzaban la lucha entre el bien y el mal; el bien, representado por un atlético guerrero, armado con una lanza de madera y con la insignia del Sol en el rostro; el mal, el diablo, al que denominaban "mandingo" o iguanchi, como lo llamaban los Jíbaros; se presentaba revestido con una máscara fantasmagórica -diablo-humano cabeza de diablo- evocando sentencias agoreras.

Al final de esta lucha, triunfa el bien sobre el mal; después de ultimado el mal con las lanzas, con gritos de desprecio, el Sacerdote ordenaba a los soldados y al pueblo que lo arrojaran en la quebrada del mandingo y terminaban con una danza triunfal brincada.


Para los Pocos
Samael Aun Weor

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