Educación de
los hijos.
Los hijos aprenden más con el ejemplo que con el precepto. Si queremos que
nuestros hijos crezcan espiritualmente, debemos nosotros preocuparnos por
nuestro propio crecimiento espiritual. No basta multiplicarnos, necesitamos
también crecer espiritualmente.
El Pecado. Nuestro resplandeciente Dragón de Sabiduría
tiene tres aspectos. Estos son: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Padre es luz y vida; el Hijo es el agua y la
sangre que manó del costado del Señor con la lanza de Longibus. El Espíritu
Santo es el fuego de Pentecostés o Fuego del Espíritu Santo, llamado por los
indostanes Kundalini, la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, fuego
santo simbolizado por el oro.
Se peca contra el Padre cuando decimos mentiras. Se
peca contra el Hijo cuando odiamos a alguien. Se peca contra el Espíritu Santo
cuando fornicamos, es decir cuando derramamos el semen. El Padre es la Verdad.
El Hijo es Amor. El Espíritu Santo es el Fuego Sexual.
Instrucción. Debemos enseñar a nuestros
hijos a decir la verdad y nada más que la verdad. Debemos enseñarle a nuestros
hijos la ley del amor. Amor es ley pero amor consciente. A la edad de catorce
años debemos enseñarle a nuestros hijos los Misterios del Sexo. Así, sobre este
triple aspecto de santidad y perfección, nuestros hijos crecerán
espiritualmente. Quien oriente a sus hijos por este triple aspecto de
perfección, habrá puesto una base de acero para la felicidad de ellos. Empero
es necesario enseñarles no sólo con el precepto sino también con el ejemplo:
debemos demostrar con hechos lo que predicamos.
Profesión. La vida moderna exige que
preparemos más intelectualmente a nuestros hijos. Es justo que ellos tengan una
profesión para vivir. Necesitamos observar cuidadosamente las disposiciones
vocacionales de nuestros hijos para orientarlos intelectualmente. Jamás debemos
dejar un hijo o hija sin profesión. Todo ser humano necesita aprender alguna
profesión para poder vivir. Es un crimen muy grave dejar a un hijo desamparado
y sin profesión.
Sobre las
hijas. Los
tiempos modernos exigen que nuestras hijas reciban una sólida preparación
espiritual intelectual. Es indispensable que las madres les enseñen a sus hijas
los Misterios del Sexo, al cumplir estas la edad de catorce años. Es justo que
ellas marchen por el triple sendero de Verdad, Amor y castidad.
El Matrimonio Perfecto
Samael Aun Weor
Sin duda el ejemplo es mas importante que las palabras por eso
todos los estudiantes de gnosis debemos practicar con el ejemplo.
Ser congruentes en nuestras palabras y nuestros actos.
Reflexionemos sobre nuestro comportamiento antes de criticar
a los demas e inculquemos esto a nuestros hijos e hijas.
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