viernes, enero 07, 2011

El Lado Oculto de Nuestra Luna Psicologica


Es necesario entender que hay en nosotros mismos, una parte oculta de nuestro propio Ego que nunca se ve a simple vista. Así como la Luna tiene dos aspectos públicos: uno que se ve, y hay el lado oculto, así también hay nosotros un lado oculto que nunca vemos.

Ante todo, quiero que entiendan ustedes que así como hay una Luna física que nos ilumina, existe también la Luna psicológica; esa Luna psicológica es el Ego, el “Yo”, el “mí mismo”, el “sí mismo”...

El lado visible, todo el mundo con un poquito de observación lo ve, pero hay un lado oculto que a simple vista no se ve; la Conciencia, desafortunadamente, no ha iluminado esa parte oculta de nuestra propia Luna interior.


Realmente, nosotros vivimos en una pequeña zona de nuestra Conciencia; nosotros nos hemos forjado un retrato de nosotros mismos, más un retrato no es la totalidad. Cuando logramos que la Conciencia penetre como un rayo de luz en ese lado invisible, que no se ve; en ese lado oculto de nosotros mismos, entonces el retrato que sobre sí mismos nos hayamos forjado se desintegra, queda reducido a polvareda cósmica.

Es lamentable que sólo vivimos en una pequeña fracción de sí mismos; lo que de nosotros ignoramos es muchísimo, el lado oculto que desconocemos suele ser muy profundo, pero necesitamos conocerlo, y sólo podremos conocerlo proyectando la luz de la conciencia sobre ese lado oculto... Y es importante ese lado oculto, porque es precisamente en ese lado oculto donde están todas las causas de nuestros errores: las innumerables reacciones mecánicas, las antipatías mecánicas, nuestras mezquindades, etc. En tanto nosotros no hayamos iluminado ese lado oculto con los rayos de la Conciencia, obviamente estaremos muy mal relacionados, no solamente consigo mismos, sino también con los demás.

Cuando uno ilumina ese lado oculto de su Luna psicológica con los rayos de la Conciencia, conoce sus errores, y entonces sabe ver a los demás; pero cuando uno no ilumina con su Conciencia ese lado oculto de sí mismo, comete el error de proyectarlo sobre las gentes que lo rodean, y eso es gravísimo. Proyectamos sobre las gentes todos nuestros defectos psicológicos, y si somos mezquinos, a todos los veremos mezquinos; y si estamos llenos de odio, a todos los veremos en esa forma; y si somos envidiosos, creeremos que los otros son también envidiosos; y si somos violentos, pues no sabremos comprender la violencia ajena, creeremos que sólo nosotros tenemos la razón y que los demás no la tienen.

Cuando sentimos antipatía por alguien, es claro que allí está precisamente el “qüid” de la cuestión, allí está precisamente el defecto que interiormente llevamos, y que estamos proyectando sobre ese alguien. ¿Por qué nos causa antipatía tal o cual persona, por qué le vemos éste o aquél defecto que nos molesta tanto? Aunque parezca increíble, aunque no lo admitamos, aunque lo rechacemos, la verdad que ese defecto lo tenemos muy adentro, y que lo estamos proyectando sobre el prójimo. Cuando uno comprende esto, entonces se propone disolver el “elemento” que ha descubierto, y si uno ve que el prójimo tiene tal o cual defecto, seguro está que en el lado oculto que uno no ve, en el lado oculto de uno mismo, se haya el defecto en cuestión.

Así, pues, es lamentable que nosotros estemos tan mal relacionados con la gente. Desgraciadamente, como quiera que estamos mal relacionados con nosotros mismos, pues tenemos que estarlo con los demás; si sabemos relacionarnos consigo mismos, sabremos también relacionarnos con los demás, eso es obvio.

A medida que avanza uno en esto, va dándose cuenta de cuán equivocado anda por el camino de la vida. Protesta uno porque otros no son cuidadosos, y uno sí lo es; cree uno que los demás andan mal porque no son cuidadosos, cree uno que sí es cuidadoso, y se molesta contra alguien porque no lo es. Si uno observa en detalle, verá que ese que no es cuidadoso, ese defecto que uno ve en otro, lo tiene muy sobrado en sí mismo, en el lado desconocido de sí mismo. Aunque se crea uno muy cuidadoso, puede suceder (y en verdad sucede) que no es tan cuidadoso como cree, pues hay desorden dentro de sí mismo que ignora, que no acepta ni cree tener, ni entiende.

Vale la pena conocer ese lado desconocido de sí mismo, pues cuando uno de verdad proyecta la luz de la Conciencia sobre ese lado que de sí mismo desconocía, cambia totalmente. Al descubrir que uno es violento, por ejemplo, entonces viene a tolerar la violencia de los demás, y se dice a sí mismo: “Yo soy violento; entonces, ¿por qué critico a aquél que es violento, si yo lo soy?” Cuando uno comprende realmente que es injusto consigo mismo, que carga la injusticia en sí mismo, aprende a tolerar la injusticia de los otros.

Samael Aun Weor

1 comentario:

  1. La luna es realmente un lindura =) y es verdada, cuando uno critica es pq dentro de su ser ahi algo q no esta bien =)
    paz inverencial =)

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