miércoles, enero 05, 2011

La Bella Selene

La luna fue un planeta vivo en el pasado gran Día Cósmico. Entonces tuvo rica vida mineral, vegetal, animal y humana.

La luna es la madre de la Tierra y gira incesantemente en torno de su hija, como si fuese en verdad un satélite. La luna es, pues, quién representa el papel principal y de mayor importancia, tanto en la formación de la Tierra misma como en lo referente a poblarla de seres humanos.

Es indubitable que la Luna­-Madre, al exhalar su último aliento, transfirió a su hija la Tierra todos sus poderes vitales. Bajo el subsuelo lunar podrán los arqueólogos des­cubrir ruinas de gigantescas ciuda­des que otrora existieran en el pasado Mahanvantara o Día Cós­mico. Es evidente que la luna podrá ser utilizada como plataforma cós­mica para futuros viajes a otros mundos habitados.

Cualquier Jivanmukta o Mahatma podrá verificar, por sí mismo, precedentes manifestaciones en el mundo lunar. Es ostensible que la luna fue en otros tiempos la morada de los Selenitas. No resulta difícil comprender que en la corteza lunar evolucionaron e involucionaron siete razas humanas. De acuerdo con la sabia Ley de Recurrencia, que se procesa siempre en todos los mundos, es obvió que la primera raza selenita fue una generación gigante.

Basados en esa citada Ley podemos comprender, sin mucha dificultad, que las últimas familias de Selene fueron lili­putienses, demasiado pequeñas de estatura. Es incuestionable el regreso involucionante de la huma­nidad selenita, hasta llegar al estado germinal-elemental, primitivo.

El reposo de los Gérmenes-­Elementales durante el Gran Pralaya o Noche Cósmica, es de hecho un axioma de la sabiduría antigua.

La Ley de Eterno Retorno hizo posible el nuevo desarrollo de los gérmenes elementales de la vida. La Ley de recurrencia repitió todo el proceso evolucionante e involucionante de tales gérmenes lunares, aquí en el planeta Tierra (recorde­mos que nuestro mundo es hijo de Selene).

Si todo se repite, es indudable que toda la historia de la humani­dad terrícola es una repetición en el tiempo de los anales de Selene. En un futuro remoto la humanidad terrestre habrá regresado también al estado germinal primitivo. Entonces la Tierra será una nueva luna.

Samael Aun Weor

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