Las enseñanzas del Zend Avesta a semejanza de los principios doctrinarios contenidos en El Libro de los Muertos de los egipcios, contienen el principio Cristo. La Iliada de Homero y la Biblia Hebrea, así como los Eddas Germanos y los Libros Sibilinos de los romanos contienen el mismo principio Cristo. Esto es suficiente para demostrar que el Cristo es anterior a Jesús de Nazaret. Cristo no es un solo individuo. Cristo es un Principio Cósmico que debemos asimilarlo dentro de nuestra propia naturaleza físico-psíquico-somática y espiritual, mediante la Magia Sexual.
Entre los persas, Cristo es Ormuz, Ahura-Mazda, el terrible enemigo de Ahrimán (Satán), que llevamos dentro. Entre los indostanes es Krisna el Cristo, y el Evangelio de Krisna es muy semejante al de Jesús de Nazaret. Entre los egipcios, Cristo es Osiris y todo aquel que lo encarnaba era de hecho un osirificado. Entre los chinos es Fu-Hi el Cristo Cósmico quien compuso el I-King, libro de las leyes y nombró ministros dragones. Entre los griegos, el Cristo se llama Zeus, Júpiter, el Padre de los Dioses.
Entre los aztecas es Ketzalkoatl, e mexicano. Entre los Eddas Germanos es Balder, el Cristo que fue asesinado por Hoder, diol Cristos de la guerra, con una flecha de muérdago, etc. Así podríamos citar al Cristo Cósmico en millares de libros arcaicos y viejas tradiciones que vienen de millones de años antes de Jesús. Todo esto nos invita a aceptar que Cristo es un Principio Cósmico contenido en los principios sustanciales de todas las religiones.
Realmente sólo existe de hecho una sola religión única y cósmica. Esta religión asume diferentes formas religiosas según los tiempos y las necesidades de la humanidad. Así pues, resultan absurdas las luchas religiosas porque en el fondo todas son únicamente modificaciones de la Religión Cósmica Universal.
El Matrimonio Perfecto
Samael Aun Weor
Trabajemos siempre con disciplina y la Divinidad nos dara la fuerza y la voluntad para seguir avanzando en nuestro proceso, solo asi llegaremos a experimentar en primera persona la fuerza Cristica.