Todos los santuarios gnósticos deben cuidarse de aquellas personas que se alaban a sí mismos y que se auto-titulan clarividentes.
Todos los santuarios gnósticos deben desarrollar el máximum de vigilancia para protegerse de los espectaculares seudo-clarividentes que, de cuando en cuando, aparecen en el escenario para calumniar y desacreditar a otros, asegurando que fulano es hechicero, que zutano es Mago Negro, que mengano se cayó, etc. Es urgente comprender que ningún auténtico Turiya tiene orgullo. Realmente todos aquellos que dicen: “yo soy la reencarnación de María Magdalena, Juan Bautista, Napoleón, etc.
” Son orgullosos tontos, seudo-clarividentes ilusos, necios estúpidos.
Nosotros no somos sino miserables partículas de polvo, horribles gusanos de lodo, ante la terrible y gloriosa majestad del Padre. Esto que estoy diciendo no es cuestión alegórica, ni simbólica, estoy hablando literalmente, crudamente, una terrible realidad.
Realmente es el yo quien dice: “yo soy el maestro tal, la reencarnación del profeta tal, etc., etc.”
Ciertamente el yo animal es Satán. Es el yo, el Ego diablo, quien se siente maestro, mahatma, hierofante, profeta, etc., etc.
El Matrimonio Perfecto
Samael Aun Weor
Recordemos aquella frase que nos dice "Por sus frutos los conoceréis", cuando una persona tiene un alto grado de espiritualidad, no tiene que difundirlo, su sola presencia irradía armonía y paz interior.
Con solo ver a una persona se puede percibir si es sólo un charlatán o si realmente es una persona con un avance espiriritual, solo es cuestión de ser un poco observador.
Trabajemos, hagamos prácticas y meditaciones. Las palabras no son echos.
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