No sólo se fornica
físicamente; existe también fornicación en los mundos mental y astral. Aquellos
que se ocupan en conversaciones de tipo lujurioso; aquellos que leen revistas
pornográficas; aquellos que asisten a salones de cine donde exhiben películas
eróticas pasionales, gastan enormes reservas de energía sexual. Esas pobres
gentes utilizan el material más fino y delicado del sexo, gastándolo
miserablemente en la satisfacción de sus brutales pasiones mentales.
La fantasía sexual produce
impotencia de tipo psico-sexual. Esa clase de enfermos tiene erecciones
normales, son hombres aparentemente normales, pero en el instante en que van a
efectuar la conexión del miembro y la vulva, la erección cede cayendo el falo,
y quedando en el más horrible estado de desesperación. Ellos han vivido en la
fantasía sexual y cuando realmente se hallan ante la cruda realidad sexual que
nada tiene que ver con la fantasía, entonces se confunden y no son capaces de
responder a la realidad como es debido.
El sentido sexual es
formidablemente sutil y tremendamente rápido, gracias a su energía finísima e
imponderable. El nivel molecular donde actúa el sentido sexual, es millones de
veces más rápido que las ondas del pensamiento. La mente lógica y la fantasía
son piedras de tropiezo para el sentido sexual.
Cuando la mente lógica con
todos sus razonamientos, o cuando la fantasía sexual con todas sus ilusiones
eróticas quieren controlar el sentido sexual o encauzarlo dentro de sus
ilusiones, entonces es destruido fatalmente. La mente lógica y la fantasía
sexual destruyen el sentido sexual cuando intentan ponerlo a su servicio. La
impotencia psico-sexual es la tragedia más espantosa que puede afligir a los
hombres y a las mujeres fanáticas o a las gentes de tipo puramente razonativo.
La lucha de muchos monjes,
monjas, anacoretas, pseudo-yoguines, etc., etc., para embotellar el sexo entre
su fanatismo religioso, para recluirlo en la cárcel de sus penitencias, para
amordazarlo y esterilizarlo, para prohibirle toda manifestación creadora, etc.,
etc., convierte al fanático en un esclavo de sus propias pasiones, en un
esclavo del sexo incapaz de pensar en otra cosa que no sea el sexo. Esos son
los fanáticos del sexo. Los degenerados de la infrasexualidad. Estas gentes se
descargan todas las noches con poluciones nocturnas asqueantes, o contraen
vicios homosexuales o se masturban miserablemente.
Querer recluir el sexo es
tanto como querer embotellar el sol. Un hombre así es el esclavo más abyecto
del sexo, y sin provecho alguno ni placer verdadero. Un hombre así es un
infeliz pecador. Una mujer así es una mula estéril, una esclava vil de aquel a
quien quiere esclavizar, (el sexo). Los enemigos del Espíritu Santo son gentes
del abismo. A esa gente más le valiera no haber nacido, o colgarse una piedra
al cuello y arrojarse al fondo del mar.
El Matrimonio Perfecto
Samael Aun Weor
Nuestra energía creadora es nuestro tesoro, es lo mas preciado para cada ser vivo, cuidemos nuestra energía transmutandola. Para personas casadas tenemos el trabajo en la novena esfera, para los solteros tenemos el pranayama egipcio o también se transmuta la energía creadora practicando las bellas artes y con la práctica de algún deporte.
Todo aquel que hace superesfuerzos logra avanzar y tiene éxito bien merecido en estos estudios.
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