miércoles, diciembre 08, 2010

La Piñata

Un hombre es lo que es su vida. Si un hombre no modifica nada dentro de sí mismo, si no transforma radicalmente su vida, si no trabaja sobre sí mismo, esta perdiendo el tiempo miserablemente, si no realiza una transformación interior entonces ha “vivido” en vano, no ha aprovechado el fugaz instante de tiempo que se le ha otorgado en el mundo físico para transformarse, para mutarse, para convertirse a si mismo, para alcanzar la perfecccion

Mucho se dice que el hombre no es perfecto, pero es sin duda, perfectible, solo que este perfeccionamiento es un trabajo arduo que solo puede ser realizado por aquel que busca en si mismo dicha transformación, pero este perfeccionamiento es interno, nada tiene que ver con la forma externa del cuerpo físico.

El ser humano en última síntesis es energía, ya esta totalmente demostrada la conservación de la energía, realmente la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, el cuerpo físico del ser humano perece, es perecedero; pero el yo energético, por el hecho mismo de ser una suma de valores energéticos de la naturaleza, no puede ser del cuerpo físico y continúa en el tiempo.

La piñata representa al ser humano condicionado, para que se entienda diremos que mas bien representa a su aspecto psicológico condicionado, a su alma atrapada en los apetitos desordenados, el deseo, los celos, el miedo, a lo que en el cristianismo se conoce como los Siete Pecados Capitales: Lujuria, orgullo, ira, envidia, codicia, pereza y gula, es decir al ego, que se contrapone con las llamadas Siete Virtudes: Castidad, humildad, serenidad, alegria por el bien ajeno, caridad, laboriosidad y templanza. Por eso, la piñata originalmente siempre era una estrella con siete picos.


Cuando se habla del aspecto psicológico recordemos que la palabra psyche, de la que deriva la palabra psiquis, se refiere al alma, y por ende todo lo relacionado con el aspecto psicológico se refiere a cuestiones anímicas y no a cuestiones de la mente, aunque hoy en dia se le relacione con la misma.

La piñata representa precisamente eso, el aspecto egoico, que mantiene nuestras virtudes, nuestros valores anímicos (representados por confites, frutas y juguetes) atrapados, condicionados, disfrazados con bellos colores, con un aspecto externo hermoso, pero falso, irreal, recordemos que lo importante no es la piñata en si, sino lo que contiene en su interior; observemos que se trata de un recipiente tosco (nada que ver con las “piñatas modernas”), de barro, símbolo del mundo material,  del polvo de la tierra, símbolo del ego, que cuando la piñata se rompe, cuando el ego es desintegrado, libera las virtudes, los valores anímicos que mantenía atrapados.

Un niño rompe la piñata, ese niño va vendado, privado de la vista, esto simboliza a nuestra esencia o conciencia que, todavía dormida, utiliza el palo, que simboliza la voluntad para acabar con el ego, para romper la piñata y liberar asi esa parte de nuestra alma que mantiene aprisionada, liberándola, y recuperando sus valores anímicos, comenzando el camino de regreso a su autentica naturaleza espiritual, este camino inicial es de 9 jornadas, representadas por las nueve posadas, que van del 16 al 24 de diciembre.

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